Présentation de l'éditeur :
Emilio Salgari tuvo que desistir de su vocación de marino y aventurero a causa de su constitución enfermiza. No obstante, todavía había un medio: utilizar su imaginación, la cual tenía desbordante, así como mapas y enciclopedias. De este modo, sin salir de su despacho, debió experimentar una vida trepidante, abandonar una peripecia solamente para entrar en otra. Salgari llegó a afirmar que había surcado los siete mares y recorrido los cinco continentes e incluso encontrado a Búfalo Bill en Nebraska. De alguna manera, así debió ser. Salgari no se andaba con dibujos, escribía rápido, sin preocuparse demasiado por el estilo, a veces, incluso, sin detenerse a verificar los datos que proporcionaba. Su talento, no obstante, hay que buscarlo en la estructura dramática, en la habilidad con que construye su intriga y en su capacidad para ensartar acciones espectaculares que apenas conceden respiro al lector. Su escritura es naturalmente cinematográfica. El corsario negro evoca aquel siglo XVII en que toda Europa, especialmente Francia e Inglaterra, ambicionaba una porción del pastel americano, pues debía ser difícil admitir que solamente España se diera el gran atracón en las riquezas ingentes que podían extraerse del Nuevo Mundo. Y con tal fin, los gobiernos de sus respectivas Majestades no escatimaron los medios, ya fueran lícitos o no. Así surgió el próspero negocio de la piratería, impulsado, dirigido y costeado desde las más altas instancias. He aquí el caldo de cultivo en el que avivaron infinidad de aventureros, siguiendo los pasos del respetabilísimo Sir Francis Drake.
Quatrième de couverture :
El Corsario Negro goza el honor de ser considerada como la más perfecta de todas las novelas de Salgari, al ser en ella donde la prosa del escritor italiano logra la fluidez y el estilo más depurado de toda su producción. Las aventuras de este singular personaje, y su saga de relatos que componen el Ciclo de los corsarios, nacieron como respuesta a su nombramiento como caballero por la casa de Saboya, reinante entonces en Italia. Salgari creó un personaje italiano emparentado con dicha casa, Emilio di Roccanegra, señor de Ventimiglia, que decide dedicarse a la piratería para poder vengarse por la muerte de su hermano a manos del gobernador de Maracaibo, el flamenco Wan Guld; mas el destino es caprichoso, y cruza en su camino a la bella Honorata, quien esconde un amargo secreto. La novela, que mezcla ciertas partes de realidad histórica con otras de ficción, es un emocionante relato por tierras americanas, en el que no faltan los principales ingredientes de un libro de aventuras... de piratas: intriga, acción y pasión.
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