En este libro encontrar� el lector un reflejo de lo que la doctrina cient�fica iberoamericana de inicios del siglo XXI sustenta como los nuevos paradigmas del Derecho regulador de la sucesi�n por causa de muerte. Y entre estos retos asoma la necesidad de acudir hacia nuevas formas testamentarias, la inevitable supresi�n de los testigos instrumentales en sede testamentaria, el reconocimiento material y formal de la protecci�n sucesoria de los hijos, cualquiera sea su origen, el redimensionamiento de las leg�timas, la protecci�n del c�nyuge sup�rstite en la sucesi�n ab intestato, el reconocimiento a su favor del derecho al ajuar dom�stico y a la vivienda familiar. Ni qu� decir de los vaivenes que generan los "movimientos tel�ricos" acaecidos en los �ltimos a�os en el campo del Derecho de familia, con innegable repercusi�n en el Derecho sucesorio, que nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de una nueva visi�n de los cl�sicos fundamentos de la sucesi�n ab intestato, que en materia de concurrencia del c�nyuge, se resiente, de modo que la convivencia more uxoriopueda ser cauce id�neo para propugnar el llamamiento a la herencia del conviviente, as� sea su orientaci�n sexual. . Y en igual sentido la posible concurrencia de parientes afines a la sucesi�n ab intestato, como el yerno o la nuera viuda, y qui�n sabe si tambi�n los hijastros e hijastras, al convertirse la familia ensamblada y la reconstituida en nuevos modelos familiares, al igual que las familias monoparentales. Los avances de la gen�tica y de las t�cnicas de reproducci�n asistida tambi�n retan al jurista, estudioso de los temas sucesorios. La aparici�n del hijo "superp�stumo" y los quebraderos de cabeza que puede traer aparejado en materia de capacidad para suceder y partici�n hereditaria, es un fen�meno ya superado en Espa�a, pero a�n un posible reto para el Derecho en las naciones de nuestra Am�rica. No menos trascendente resultar�a la necesidad de revisar la manera en que desde los pa�ses del sistema sucesorio romano se concibe la transmisi�n mortis causa del patrimonio, con una visi�n uninegocial, que concibe al testamento como �nica alternativa voluntaria de tal transmisi�n. Tambi�n resulta reveladora la tendencia que existe en el Derecho Iberoamericano hacia la desjudicializaci�n de las sucesiones, en lo que el notario ha tenido un papel protag�nico, reforzado por su probidad moral e intelectual.

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